2/365 – Herederos

Y si hijos, también herederos, herederos de Dios y coherederos de Cristo…

Romanos 8:17.

Hace algunos años visité Corea del Sur y las primeras impresiones de cuando vemos un país como turista y extranjero son totalmente favorables. Me pareció un país seguro, un lugar en donde todo es posible y también un país súper eficiente.

Durante mi estadía allí me quedé con una amiga y una tarde que volvíamos en el auto ella recibió una llamada de un colega y amigo de su familia, la voz detras de la pantalla del auto decía: ¡Mañana las espero junto a tu amiga (o sea yo) en tal lugar! ¡Quiero que ella conozca y pruebe lo que es la auténtica comida coreana! ¡Estaba más que feliz!

Recuerdo que fui en la época de invierno pero como en México vivo en un lugar super cálido mi ropa no era adecuada para el tipo de lugar, ni para la temporada, entonces esa mañana antes de empezar a alistarnos le dije a ella: ¡No sé qué ponerme, me siento un tanto insegura! Ella cogió mi brazo y me dijo, no importa lo que te pongas, no tienes porque sentirte insegura, VAS CONMIGO! Ese VAS CONMIGO lo cambio todo.

A menudo en la vida podemos llegar a sentirnos indignos, que no merecemos el amor de Dios, que no somos suficientes o que nuestras malas acciones nos han separado tanto de él, que es imposible (según nosotros) encontrar el camino de vuelta a casa.

¡Muchas veces me he sentido así! Pero, ¿Sabes?

La buena noticia es que Dios nos busca, hasta encontrarnos. Para él no existe distancia tan grande que no pueda ser acortada. Y no es porque lo sintamos, es porque es su promesa. Somos de él y le pertenecemos por creación y redención.

Somos sus hijos y si hijos, también herederos. ¿Si sabes lo que es un heredero verdad? No importa lo que hayas hecho, ni como te hayas comportado a lo largo de la vida, si por una vez decides abrir tu corazón a Dios y cederle tu voluntad, él estará allí con los brazos abiertos para recibirte.

¡Así que no temas más! ¡Él va contigo! ¡Todas las inseguridades o cosas que te estén impidiendo acercarte a él, déjalas atrás y camina con fe tomado de su mano, estoy segura, nunca saldrás frustrado!