Cuando era niña me encantaba soplar esta flor, me gustaba mucho ver como sus “hojitas” se desprendían y como el aire se las llevaba todas. En ese tiempo no sabía que su nombre era:  Diente de león y mucho menos me imaginaba las propiedades tan maravillosas que contiene cada parte de la planta.  Cuando era adolescente visité con mi familia la casa de una señora que vivía en el campo y en su patio tenía una enorme cantidad de dientes de león que habían crecido en el cerco. Sus niños estaban jugando y les dijo que dejaran de tocar y jugar con sus flores porque si no de seguro de…