México Tierra de Contrastes,  Mi sentir,  Vegano

Mostrar… NO demostrar.

Algo que amo mucho de Estados Unidos y agradezco tanto al TLC es su sistema de Salud y el control de los alimentos en general. Gracias al TLC puedo comer variedad de alimentos y orgánicos que provienen de los Estados Unidos. Y claro que apoyo el comercio local, en frutas y verduras nadie le gana a la variedad que tiene mi lindo México. 
El TLC nos conviene a todos. Realmente no entiendo porque el actual presidente de Estados Unidos quiere sacar a México de ese tratado…en fin, ese… es otro tema.
Ahora que trabajo en el sector salud puedo entender más claramente porque el sistema de Salud de Estados Unidos o por ejemplo de España o Alemania son mucho mejores que el de mi país o de otros países. Recuerdo mucho cuando era niña y mi nana me llevaba a la farmacia y cuando el farmacéutico le decía que no tenía ese medicamento con ese nombre, pero sí con la misma fórmula, ella tajantemente decía que NO lo quería y que se esperaría hasta que llegará el que ella buscaba. Lo mismo sucedía en los supermercados o boticas cuando ella no encontraba lo que buscaba, su NO era rotundo. Ahora lo entiendo todo. Un medicamento genérico no es igual a uno no genérico y un alimento orgánico no es igual a uno que no lo es.

Alimentos y medicamentos he allí la gran cuestión…

Cómo les he dicho no soy vegetariana, ni vegana ni nada de esas cosas que actualmente están en voga y que son más una moda que un tema de salud a conciencia. 
Todo lo anterior sale porque me estoy acordando que cuando visité Monterrey probé un queso menonita exquisito y mi amiga me explicó que ese queso era muy bueno porque contenía lo que un buen queso debe tener: Leche, cuajo y cultivos lácticos. En mi país y más en mi región, es difícil encontrar un buen queso o algún tipo de carne de buena calidad, pero si los encuentro definitivamente los voy a comer, como este queso que encontré hoy y viene de Estados Unidos. 


Creo que el tema de la alimentación y otros más son un tanto complejos, pero importantes; y creo que es necesario prestarles atención de forma más concisa y clara. 
Cada uno elige la forma de alimentarse y pienso que lo más conveniente no es seguir “dietas” o “estilos” de vida de otras personas o sólo “porque están de moda”. Creo que alimentarse es un acto de conciencia y por lo tanto debemos usar nuestra inteligencia para saber qué es exactamente lo que le hace bien a nuestro cuerpo. Puede que ese “bien” no sea tan bueno para el otro y así a la inversa, pero lo más importante es aprender a respetar la forma y estilo de vida de las personas y no entrar en debates ridículos que sólo nos separan más unos de otros. 

Y cómo dijera mi poeta favorito:

No quiero convencer a nadie de nada. Tratar de convencer a otra persona es indecoroso, es atentar contra su libertad de pensar o creer o de hacer lo que le dé la gana. Yo quiero sólo enseñar, dar a conocer, mostrar, no demostrar. Que cada uno llegue a la verdad por sus propios pasos, y que nadie le llame equivocado o limitado. (¡Quién es quién para decir «esto es así», si la historia de la humanidad no es más que una historia de contradicciones y de tanteos y de búsquedas?) 

Si a alguien he de convencer algún día, ese alguien ha de ser yo mismo. Convencerme de que no vale la pena llorar, ni afligirse, ni pensar en la muerte. “La vejez, la enfermedad y la muerte”… no son más que la muerte, y la muerte es inevitable. Tan inevitable como el nacimiento. 

Lo bueno es vivir del mejor modo posible. Peleando, lastimando, acariciando, soñando. (¡Pero siempre se vive del mejor modo posible!) 

Mientras yo no pueda respirar bajo el agua, o volar (pero de verdad volar, yo solo, con mis brazos), tendrá que gustarme caminar sobre la tierra, y ser hombre, no pez ni ave. 

No tengo ningún deseo que me digan que la luna es diferente a mis sueños.

Jaime Sabines

Dejar una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Translate »