Plantas Medicinales

Aloe.

Yo siempre he dicho que todas las cosas que hay en esta vida tienen alma y pueden escucharnos. Y cuando me refiero a las plantas que son seres vivos confirmo que ellas pueden escucharnos e incluso entender nuestros estados de ánimo. De todas las plantas que conozco, la más sensible a todo, pienso que es el aloe o sábila (como la conocemos en muchas regiones de México.) La sábila es una planta hasta cierto punto insignificante (para muchos) pero muy sensible, sólo basta una pequeña herida o un pequeño corte a una de sus pencas y en automático sabremos que hay vida en ella porque casi inmediatamente tiende a cerrarse para así evitar la pérdida de agua. 
Aplicada localmente, son muchas las afecciones sobre las que la sábila puede ejercer muchos beneficios. Es el cicatrizante por excelencia para las heridas, además de tonificador para el organismo y en belleza es un maravilloso revitalizante. 
Aloe
Sinonimia científica:
Aloe barbadensis Miller. 
Sinonimia hispánica:
Savila, sábila, pita zábila, aloe. 
Hábitat:
Es originario del sur de África, pero extendido a las regiones cálidas y desérticas de América (Antillas y Centroamérica) y Asia. En España se puede encontrar en el sur de la península y en Canarias. 
Descripción:
Planta de la familia de las Liliáceas, que puede alcanzar hasta 3 0 4 m de altura por crecimiento de su eje central o tronco. Las hojas son carnosas, de forma lanceolada, y con los bordes espinosos. Las flores, pueden ser de color amarillo o rojo, según la variedad; y todas ellas cuelgan de un largo tallo. 
Partes utilizadas:
El jugo de las hojas. 

De sus hojas se pueden obtener dos productos principales: acíbar y el gel de aloe. 
El acíbar es el jugo viscoso de color amarillo y sabor amargo que se obtiene al cortar la superficie de las hojas. Contiene del 40% al 80% de resina, y hasta un 20% de aloína, glucósido antraquinónico que es su principio activo. 
Esta sustancia hasta 0.1 g es aperitivo, estomacal y colagogo, y facilita la digestión. 
A partir de 0.1 g actúa como laxante y como emenagogo. 

El gel o jugo de aloe se obtiene de la pulpa de sus hojas carnosas, que desprenden un jugo pegajoso, casi transparente y sin sabor. Este jugo está formado por una mezcla compleja de más de 20 sustancias como polisacáridos, glucósidos, enzimas y minerales. Contiene acemanan, una sustancia inmunoestimulante. Y éste jugo a diferencia del acíbar no tienen propiedades laxantes. 
Se utiliza en heridas ya sean limpias o infectadas. Facilita la limpieza de la herida y acelera su cicatrización, reduciendo además la cicatriz. 
También se utiliza en quemaduras, aplicadas en compresas. El aloe consigue acelerar la regeneración de la piel dañada, y reducir al mínimo la cicatriz. 
Es muy útil, aplicado en loción, para las afecciones de psoriasis y eccemas de la piel, así como en el acné, pie de atleta y herpes. Para reforzar el efecto, se recomienda tomarlo también por vía oral. 
En belleza es utilizado por su acción revitalizadora de la piel, otorgándole una mayor tersura, resistencia y belleza. Cuando se aplica en la piel, mejora el aspecto de las cicatrices inestéticas y de las estrías. También se emplea en el cuidado del cabello y las uñas. 
Cuando se ingiere por vía oral, este jugo es depurativo y tonificante. Se emplea como digestivo y también en el tratamiento de úlceras gastroduodenales. 

Precauciones: 
No es aconsejable su aplicación durante la menstruación, ni en mujeres embarazadas y tampoco si se sufre de hemorroides. 


Glosario:
– Acemanan: Polisacárido que tiene la capacidad de aumentar las defensas del organismo. 
– Colagogo: Fármacos o extractos de plantas que facilitan la expulsión de la bilis retenida en la vesicula biliar, y casi siempre van acompañados de acción purgante intestinal. 
– Emenagogo: Que aumenta el flujo menstrual. 
– Glucósido antraquinónico: Son moléculas compuestas que poseen una acción digestiva, colerética y colagoga; es decir,  que favorecen la digestión, así como la producción y evacuación de la bilis.

Bibliografía:
Enciclopedia de las Plantas Medicinales. Dr. Jorge D. Pamplona Roger. Editorial: SAFELIZ. 






Dejar una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Translate »